Una mujer que lacta con inadecuado estado nutricional genera un círculo de malnutrición entre ella y su hijo, con serias implicaciones en la salud actual y futura.
Así como la alimentación en embarazo es clave para la formación y el crecimiento del bebé, los alimentos en el periodo de lactancia son la fuente de la energía adicional que requiere la mujer lactante, que es incluso mayor que la de una mujer en el periodo de embarazo.
Esto con el objetivo de producir leche materna y para lograr un buen estado de salud tanto de la madre como del bebé. La necesidad adicional de energía para una madre lactante con estado nutricional normal es de 500 Kcal. y de 15 g diarios de proteínas”.1
Durante el periodo de lactancia materna crecen las necesidades nutricionales y es necesario consumir no solo los alimentos beneficiosos sino las porciones recomendadas para la madre lactante.
La dieta balanceada garantiza una alimentación saludable porque implica la presencia de las fuentes de minerales como el hierro, el zinc y el calcio. Las mamás lactantes los necesitan en mayor proporción que las mujeres que no están lactando.
El caso del hierro es clave, porque sus niveles pueden bajar durante el parto, y es vital recuperarlos para evitar enfermedades como la anemia. La dieta de una madre lactante debe ser variada y rica en nutrientes.
“Las madres lactantes que no tienen un consumo adecuado de estos alimentos fuente, podrían necesitar suplementos de estos minerales.”3
“Durante la lactancia, los sabores y olores de los alimentos que consume la madre se transmiten a través de la leche materna”4. Esto facilitará que el cerebro del bebé reconozca y acepte más adelante los alimentos beneficiosos que hacen parte de una dieta saludable.
Los aceites y grasas facilitan la absorción de las vitaminas. Son mejores los aceites que tienen origen vegetal y son más saludables. Clave: evitar las grasas trans (industrializadas).
“La OMS recomienda tomar un vaso de agua después de amamantar al bebé, tanto en el día como en la noche, esto evitará la deshidratación y favorecerá la producción de leche materna”.
Deben ser alrededor de 10 vasos de 200 ml de agua al día, además de otras bebidas como leche y jugos naturales como acompañantes de las comidas.
El alcohol, considerado en general perjudicial para la salud, pasa a través de la leche materna y ninguna cantidad es segura para el bebé, por eso es mejor excluir su consumo durante el periodo de lactancia.
“El consumo de alcohol puede causar sedación, irritabilidad y retraso psicomotor en el lactante, y en la madre disminuye entre un 10 y 25 % la producción y bajada de la leche”.De la misma manera bebidas energizantes, azucaradas o con cafeína no son recomendables para las madres lactantes. Sus componentes pueden pasar al bebé y causarle irritabilidad e insomnio.
La lactancia materna es el acto de amor que más alimenta. Además de proveer los nutrientes necesarios en el inicio de la vida del bebé, favorece el vínculo emocional entre él y su madre y disminuye el riesgo de enfermedades de ambos:
La leche materna protege a los niños contra la desnutrición crónica y puede reducir en los niños el riesgo de enfermedades como diarrea, entrecolitis, infecciones respiratorias, síndrome de muerte súbita, diabetes tipo 2, obesidad, sobrepeso, entre otras. Al mismo tiempo puede reducir en las mamás el riesgo de cáncer de seno, de ovarios, anemia, depresión posparto, hipertensión, osteoporosis, sobrepeso, entre otras.
1Manual de Lactancia Chile.
2Guías basadas en alimentos para mujeres gestantes, mujeres en periodo de lactancia, niños y niñas menores de 2 años para Colombia. Pag 27. FAO, Instituto de Bienestar Familiar, Gobierno de Colombia, 2018.
3Nutrición de la Gestante UdeA.
4Ídem.
5Ídem.
6Ídem.