Cuando empezaron a recibir ayuda nutricional, Juan y Pedro tenían necesidades parecidas. Ambos estaban en sus primeros mil días de vida, Juan* 6 semanas en el vientre de su madre y Pedro* 4.
Su crecimiento no iba bien, según mostraron los controles prenatales de ambos. Las madres de ambos tenían bajo peso, carecían de alimentos nutritivos indicados. Ante este panorama ¿cómo prevenir la desnutrición de estos niños?
Juan y Pedro con sus respectivas familias recibieron durante un año completo la ayuda que entrega la Fundación Éxito: paquetes de alimentos con alto valor nutricional, seguimiento de peso y talla, orientación para la preparación de los alimentos, entre otros. Con esta intervención además de brindar bienestar a la mamá, la familia y los niños, justamente se avanzó para prevenir la desnutrición crónica de Juan y Pedro antes de nacer.
Pero hubo, en especial, una diferencia: Juan y su familia tenían acceso a agua potable y saneamiento básico; Pedro y su familia no.
Cuando nació, Juan pesó más de 2.500 g; mientras que Pedro tuvo un peso inferior. Luego de un año de atención, Juan y Pedro tenían más de dos meses de vida. Juan no tenía retraso en su talla, su crecimiento iba bien; pero Pedro tenía retraso en su talla, sufría desnutrición crónica. Para prevenir la desnutrición crónica además de la atención nutricional, el cuidado y el acompañamiento, es clave el acceso a servicios básicos y de salud.
La desnutrición crónica no ocurre solo por hambre prolongada. Hay más causas como la falta de agua potable y saneamiento, el limitado acceso al servicio de salud, entre otras, y todas son causas evitables.
Estas impactan los esfuerzos por erradicarla, como lo constató la Fundación Éxito en su intervención social de 2019. Juan* hizo parte del 46,4% de la población atendida con acceso a agua potable que se recuperó de desnutrición crónica. Pedro* hizo parte del 63,8% % sin acceso a agua potable que no se pudo recuperar.
Por falta de agua potable aumentan enfermedades gastrointestinales. Según la OMS (2019) son las que reducen la resistencia a infecciones y retrasan el crecimiento y el desarrollo.
Prevenir la desnutrición crónica depende de llegar a tiempo, y de voluntad y trabajo articulado de todos los sectores, porque además de combatir el hambre para acabar con la desnutrición es preciso que tenga tratamiento como asunto de salud pública.
Para prevenir la desnutrición crónica en los niños y niñas mil días, la Fundación Éxito apoya a madres gestantes con atención nutricional que incluye la entrega de paquetes de alimentos de valor nutricional.
Estos paquetes se entregan gracias a la solidaridad de los donantes empresariales o personas naturales a través de aportes voluntarios como las Goticas y la donación online.
¿Cómo prevenir la desnutrición crónica? La buena alimentación es clave. Y en la buena alimentación, el primer producto es la leche materna.
Una de las causas de la desnutrición crónica es el peso al nacer, un indicador que depende de la formación del bebé durante la gestación, influenciada por la salud y el estado nutricional de la madre.
La creación de nuevos tejidos y el crecimiento del bebé exigen mayor energía de la madre. Por eso la dieta durante el embarazo debe contener productos de todos los grupos de alimentos fuentes de proteínas, vitaminas, minerales y micronutrientes esenciales en la gestación.
A continuación puedes encontrar algunos alimentos que la madre debe consumir como estrategia para acabar con la desnutrición
Al lactar, la madre afianza el vínculo de amor y al mismo tiempo, le da al bebé el alimento suficiente para su nutrición y salud. El mejor alimento para prevenir la desnutrición crónica es la leche materna.
La leche materna es una mezcla irremplazable que incorpora células y anticuerpos directamente extraídos del sistema inmune humano. Cumple funciones inmunológicas, antibacteriales, antivirales y antiparasitarias.
La recomendación de la OMS es que la lactancia materna sea exclusiva los 6 primeros meses de vida (es decir, el bebé no necesita nada más que leche materna). A partir de los 6 meses se debe acompañar con alimentación complementaria y continuar así hasta los dos años o más. También es muy importante tener en cuenta realizar el control de seguimiento y desarrollo con los profesionales de salud.
En la intervención de la Fundación Éxito en 2019, el 66% de los menores de 1 año que fueron evaluados, se recuperaron de desnutrición crónica. La base del tratamiento en la atención nutricional fue el impulso de la lactancia materna.
En un trabajo articulado de la Alcaldía de Bogotá, el ICBF, la Fundación Santa Fe de Bogotá y la Fundación Éxito se construyó la “Guía de prevención y manejo de la desnutrición crónica en menores de 1 año”: Esta alianza realizó una intervención integral de 1.126 niños y niñas menores de un año que recibieron durante 10 meses atención, resumida en los 4 componentes de la
Con su entrega se mejoró la alimentación y se enseñó a las familias hábitos de vida saludable.
Durante la intervención de este modelo en Bogotá, el 43,1% de la niñez atendida se recuperó de desnutrición crónica, lo que demostró que es posible erradicar la enfermedad si se visibiliza el problema y existe voluntad desde todos los sectores: Estado, familia, sociedad.
Quienes sufren desnutrición crónica podrían sufrir rezagos difíciles de revertir en su desarrollo cognitivo, físico y emocional.
Existe evidencia científica sobre estas desventajas. Un estudio realizado en Brasil durante varios años mostró que los niños que sufrieron desnutrición tuvieron un coeficiente intelectual 14.6 puntos menores con respecto a los que no la tuvieron.
También mostró 5 años en promedio menos de escolaridad y 54% menos de ingresos en los adultos que cuando niños tuvieron desnutrición.
*Niños beneficiarios 2019 con identidad protegida.