Aspirantes a la Presidencia de Colombia, ¿han escuchado a la niñez?

    Uno de los indicadores más sensibles en cuanto a supervivencia de la niñez es mortalidad materna. En Colombia aumentó entre 2019 y 2020 34,8 %, y entre 2020 y 2021 13,1 %.

    “Entre los grandes olvidados de la historia están los niños”, escribió Verónica Sierra Blas en Palabras huérfanas, un significativo esfuerzo historiográfico por reivindicar de alguna manera esa honda herida que sufrió –sobre todo- la población infantil durante la guerra civil española. El 26 de abril justamente se cumplen 85 años del vergonzosamente célebre bombardeo que arrasó la Villa de Guernica cobrando la vida de miles de personas, en especial mujeres, niños y niñas.

     

    ¿Qué hemos aprendido? La humanidad ha visto, sentido y constatado a lo largo de los años que la barbarie de la guerra no tiene explicación para nadie. Para quienes inician la vida, los atentados contra su vida, su bienestar, contra su dignidad, su seguridad y su integridad no se pueden describir sino como horrores y errores.

    Por eso cada nuevo intento para cambiar la realidad de la niñez y, sobre todo, la actitud y las acciones de la población adulta, merece la pena. Conocer los desaciertos y las omisiones de otros momentos de la historia en cualquier lugar del mundo tendrá algún día que calar aquí y en cualquier lugar que comulgue con la idea elemental de protegernos como especie y abrazar por fin a las actuales y nuevas generaciones.

    De esto se trata el ejercicio democrático que vienen realizando las 200 organizaciones y redes de la sociedad civil presentes en la coalición Niñez YA, para garantizar que los niños, niñas y adolescentes sean escuchados por los aspirantes a la Presidencia de Colombia. Su oportunidad de dar un paso adelante y pasar de las declaraciones a las acciones la tendrán el próximo 29 de abril.

     

    Este es un punto en sus agendas que podría marcar verdaderas diferencias. Si se detienen un poco para mirar las cifras que esta coalición ha condensado en el “Manifiesto para candidatos/as a la Presidencia”, les da todas las luces para priorizar en favor del progreso y la equidad, es decir, haciendo prevalecer como consagra la Constitución, los derechos impostergables de los niños, niñas y adolescentes.

     

    Por ejemplo, uno de los indicadores más sensibles en cuanto a la supervivencia de la niñez es el de la mortalidad materna. En Colombia aumentó entre 2019 y 2020 34,8 %, y entre 2020 y 2021, 13,1 %. En 2021, por cada 100.000 nacidos vivos murieron más de 80 madres (INS, 2021). Sin embargo, la razón de mortalidad materna asciende de forma alarmante en departamentos como Vichada (315), Chocó (294,5) y Guaviare (174,5). Declarado o no, el conflicto armado sumado a la pandemia, al fenómeno migratorio, entre otros factores, ha socavado los tímidos avances en materia del cuidado de la salud y de la nutrición de la primera infancia, especialmente en las zonas donde la pobreza ha permanecido intacta desde tiempo atrás.

     

    Por cifras como estas es que prima una forma diferente de asumir el desafío para gobernar Colombia. Más que declaraciones o rechazos vehementes, esta situación requiere compromiso. No podemos resignarnos a seguir sumando solo clamores por la niñez en la lucha intensa por superar la indiferencia o la falta de conciencia de una humanidad a la que le cuesta tanto reconocer que lleva a cuestas demasiadas infancias perdidas. ¿De qué le sirve a la niñez ultrajada, violentada, abandonada o hambrienta una expresión solidaria sin acciones ni decisiones concretas para considerar en el Plan de Desarrollo 2022-2026?

     

    La sociedad civil les dio sentido a las herramientas que la democracia nos ha entregado en Colombia para que las palabras de los menores de edad no se queden huérfanas indefinidamente, sino que lleguen a tiempo a quienes las tienen que escuchar y considerar de verdad.

     

    Los aspirantes a la Presidencia de Colombia tienen a su disposición un trabajo serio adelantado con rigor y gran compromiso patrio, para darles voz y espacio a quienes necesitan ser tenidos en cuenta -por fin- en la construcción de un presente diferente y un futuro mejor.

    Comparto el Manifiesto y les reitero que son los niños, niñas y adolescentes quienes los esperan este 29 de abril.

     

    Gonzalo Restrepo López
    Presidente de la Junta Directiva, Fundación Éxito

    Artículos relacionados

    Suscríbete a nuestro boletín y conoce todo lo que hacemos