Avances milimétricos

    El crecimiento sano de los niños y niñas depende de la altura que demuestren quienes toman las decisiones en su nombre: los alcaldes y gobernadores de Colombia.

    Para darle la talla a la niñez colombiana nos siguen faltando medidas más exactas: programas y presupuestos concretos, que deben quedar incluidos en los planes de desarrollo de los municipios y los departamentos.

    La coalición NiñezYa realizó un riguroso estudio de verificación sobre el grado de inclusión de los derechos de los niños, niñas y adolescentes del país en las hojas de ruta para los próximos tres años de las entidades territoriales. El balance es agridulce, dado que la inclusión en la mayoría de los temas clave se agota en el enunciado.

    De muy poco les sirve a las nuevas generaciones que los mandatarios conozcan sus necesidades y digan que son importantes, sin establecer metas concretas y recursos visibles para darles respuesta, como es su responsabilidad.

     

    De acuerdo con el análisis publicado en el documento “Niñez, en riesgo: territorios se quedan cortos en la garantía de sus derechos”, ninguno de los asuntos críticos que afectan a esta población quedaron con un nivel de inclusión “alta” en los planes de desarrollo territorial.

    Tuvieron inclusión calificada de “baja” temas como el fortalecimiento familiar, adolescentes con justicia restaurativa y pedagógica (Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes-SRPA), protección contra cualquier tipo de violencia, participación, políticas públicas e inversión social y educación inicial. En los de inclusión “media” quedaron salud y nutrición, juego, educación preescolar básica y media, y cultura de paz, reconciliación y convivencia.

    Pasando a una revisión realizada por la Fundación Éxito sobre los planes de desarrollo territorial que incluyeron indicadores claves de salud y nutrición, es bueno resaltar municipios excepcionales porque tuvieron en cuenta tres indicadores: desnutrición crónica, desnutrición aguda y lactancia materna, con sus respectivas metas. Es el caso de Carepa en Antioquia, Rovira en Tolima, y Neiva en Huila.

    Este hecho es alentador para la población infantil en estos territorios, porque la decisión de fijar con precisión las metas referidas nos hace pensar que las administraciones locales, junto con las entidades nacionales líderes en cada tema, impulsarán un trabajo conjunto que logre la gestión articulada para el mejoramiento de estos y otros indicadores primordiales para garantizar el desarrollo integral en la primera infancia.

    Un ejercicio así, es el que refiere la Política de Estado De Cero a Siempre cuando indica que “La gestión intersectorial exige que cada actor involucrado reconozca la importancia central de su papel para la garantía del desarrollo de las niñas y niños y ponga al servicio de ellos sus saberes, su estructura institucional, acciones de política, recursos y capacidades”.

    Además de la articulación entre los sectores, una oportunidad latente para mejorar la respuesta desde los territorios para los niños y niñas es la alineación con el Plan Nacional de Desarrollo, así como la revisión de las políticas, leyes y lineamientos expedidos con base en el conocimiento de una situación crítica de vieja data.

    El crecimiento sano de los niños y niñas depende de la altura que demuestren quienes toman las decisiones en su nombre: los alcaldes y gobernadores de Colombia.


    Gonzalo Restrepo, Presidente Junta Directiva Fundación Éxito

    Artículos relacionados

    Suscríbete a nuestro boletín y conoce todo lo que hacemos