Cómo cuidar a los niños

    Es tiempo de evitar que el rezago siga siendo constante en el crecimiento de miles de niños y niñas. La actual coyuntura ha hecho más notoria la brecha y también nos ha mostrado que no es suficiente el compromiso de un solo sector ni de una sola persona para cuidarlos.

    El impacto de la covid-19 en la vida de todos, especialmente de la niñez más vulnerable, viene en diferentes dosis. La afectación aumenta como siempre, según la pobreza y la desigualdad.

    La ya alarmante cifra de medio millón de niños y niñas menores de 5 años que en Colombia no están creciendo sanos porque sufren de desnutrición crónica, tendrá un aumento importante ante estimaciones más que predecibles. Son consecuencias o efectos colaterales de la actual emergencia para esta población, de menor riesgo ante el contagio de covid-19 según los datos oficiales, pero altamente expuestos a todas las demás secuelas por medidas entendibles como el confinamiento y la limitación en la movilidad.

    La economía familiar se está viendo afectada por una cifra de desempleo que supera el 21 por ciento, según el Dane. Adicionalmente, la restricción en servicios de salud materno infantil, incide en la proyección que hacen los expertos de 255.000 muertes adicionales en la niñez y de 12.200 muertes adicionales en mujeres gestantes en todo el mundo. Y no olvidemos el hambre, que según el Programa Mundial de Alimentos, duplicará la población mundial en inseguridad alimentaria. Todos son grandes factores que además, han diluido algunas de las victorias logradas para favorecer el desarrollo de la primera infancia en medio de incansables búsquedas de consenso.

    Pero ese tiempo invertido de aprendizaje y de construcción colectiva no puede quedar en vano. De hecho, es el rayo de esperanza que puede iluminarnos ahora que iniciamos el restablecimiento de las actividades e iniciativas que la emergencia exigió suspender.

     

    Retomar lo aprendido es la forma de crear una mejor realidad para la niñez, la verdadera normalidad que estamos en mora de brindarle.

    Justamente las recomendaciones de The Lancet 2020 para proteger a los niños del mundo ante los efectos colaterales del coronavirus nos muestran que lo nuevo está en aplicarlas, dado que su efectividad ha sido demostrada. Traigo cuatro de ellas a colación: 1-Complementación alimentaria, es decir garantizar el acceso a alimentos nutritivos y seguros. 2-Invertir en la nutrición durante el embarazo y los primeros años. 3-Reactivar el seguimiento nutricional para detectar a tiempo la desnutrición. 4-Mantener la promoción, protección y movilización de la lactancia materna.

    Una situación de tal impacto como esta emergencia no puede pasar de largo en la vida de una nación ni de sus territorios. Y en razón de este desafortunado  precedente, los gobiernos locales deben asumir el desafío de dejar una huella que solo será posible si en sus intervenciones se incluyen como sujetos de derechos a los niños y niñas.No habrá ninguna medida actual tomada por gobernante alguno, que genere mayor impacto en la vida individual y colectiva como aquellas pensadas para asegurar el bienestar de quienes inician la vida. Si seguimos llegando después a tantas de estas vidas tan vulnerables, seguiremos postergando generaciones desprovistas de lo más esencial para luchar por su propio progreso.

    Es tiempo de evitar que el rezago siga siendo constante en el crecimiento de miles de niños y niñas. La actual coyuntura ha hecho más notoria la brecha y también nos ha mostrado que no es suficiente el compromiso de un solo sector ni de una sola persona para cuidarlos. Así que a la voluntad política debe sumarse la solidaridad ciudadana que es el valor garante para proteger juntos y mejor nuestra niñez.


    Gonzalo Restrepo, Presidente Junta Directiva Fundación Éxito

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