La capital, baja de peso

    Espero que la próxima administración distrital, al igual que las de los distintos departamentos y ciudades, tengan en su plan de desarrollo la disminución de la alta prevalencia del bajo peso al nacer con acciones enfocadas en la implementación de la ruta materno perinatal (ruta 3280).

    Uno de los males que afecta al mundo, que es especialmente fuerte en Colombia, es la desnutrición. La falta de alimentación de los niños menores de cinco años es uno de los indicadores sobresalientes, para pesar de nuestro país. A esto se le suma que los registros de bajo peso al nacer son elevados y preocupantes, lo cual es crítico, especialmente en nuestra ciudad capital.

     

     

    Según la OMS, se considera que un niño o niña tiene bajo peso cuando nace con menos de 2.500 gr. Esto es un problema significativo de salud pública en todo el mundo y está asociado a una serie de consecuencias a corto y largo plazo, como la desnutrición crónica. En Colombia, la desnutrición crónica afecta a más de 500.000 niños y niñas menores de cinco años.Recientemente tuve la oportunidad de conocer un estudio muy interesante que analizaba los determinantes de bajo peso al nacer en Bogotá, una investigación ejecutada por el Grupo de Investigación en Salud Pública, Educación y Profesionalismo Médico de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes y cofinanciado por la Fundación Éxito.

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    El objetivo del estudio era determinar los factores asociados al fenómeno de bajo peso al nacer en Bogotá durante los últimos cinco años y a partir de allí formular propuestas de intervención, que se enmarquen en la política pública del distrito.

     

    Y antes de hablar de los hallazgos, me parece oportuno analizar este dato del Dane, que aunque doloroso, es trascendental. Y cito “la proporción nacional de bajo peso al nacer para el año 2022 fue de 10,4 %, lo cual implica un aumento importante del fenómeno en relación a los datos registrados solo dos años atrás, pues en el año 2020 este indicador se mantenía por debajo de 9,0 %. Bogotá es la ciudad que presenta una mayor proporción de bajo peso al nacer a nivel nacional. Durante 2022 tuvo una proporción del 15,2 %, por lo tanto, entender las causas concretas de la situación en la capital del país es fundamental para disminuir su incidencia en la población”.

     

    Bogotá, según esta estadística, está 5 puntos por encima de la media nacional. Una cifra escalofriante y preocupante. Pero que a su vez nos permite entender la situación actual de los habitantes más pequeños de la capital y desde allí tomar acciones que puedan fortalecer las diferentes causas que están llevando a que nuestra niñez en Colombia esté baja de peso.

    Conectando con las cifras entregadas por el Dane, se encontraron determinantes potentes que afectan gravemente el bajo peso de los menores como temas sociales, ambientales, culturales y educativos. De estos, dos me llamaron mucho la atención.

     

    Cambios de temperatura y exposiciones prolongadas a contaminantes del aire, lo cual -según el estudio- puede incrementar en hasta 2.4 veces las posibilidades de tener un niño con bajo peso. Y el segundo, el elevado número de embarazos en mujeres entre los 10 y 19 años (muy preocupante) y el de mujeres entre 40 y 49 años. Las mujeres en estos rangos de edad tienen mayor probabilidad de tener niños y niñas con bajo peso al nacer. Y como extra, y no menor, las mujeres migrantes presentan un riesgo del 10 % mayor de tener niños y niñas de bajo peso, siendo las niñas las más afectadas en este proceso.

    En cuanto a la distribución geográfica, las localidades con mayor proporción de bajo peso al nacer fueron San Cristóbal, Ciudad Bolívar, Rafael Uribe Uribe y Usme, ubicadas en las subredes de salud centro, oiente y sur de Bogotá.

     

    Hace pocos días, la Fundación Éxito realizó su vigésimo Premio por la Nutrición Infantil, un evento que reconoce y exalta el trabajo de entidades privadas, academia, gobierno, personas, periodistas y familias que trabajan e investigan en la lucha contra de la desnutrición crónica. Y en esta edición me quedó presente un reconocimiento especial.

     

    Los periodistas José Mojica y David López de El Tiempo presentaron y ganaron en su categoría con una investigación titulada “Hambre: un fantasma que acecha al sur de Bogotá”, que tiene mucho que ver con lo conversado en este texto sobre el bajo peso al nacer, el hambre y la desnutrición de nuestros niños. De ellos rescato esta frase que resume, quizá, mucho de lo que necesitamos en el país y en nuestra capital. “El hambre no se nos puede convertir en un paisaje olvidado, no podemos NORMALIZAR el hambre. La nutrición es la base de la sociedad”.

     

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    Hoy debemos, más que nunca, seguir garantizando que en la agenda pública el tema de la nutrición, el bajo peso y el hambre sean temas claves para garantizar el presente de nuestros niños, porque logrando esto estaremos construyendo un futuro de oportunidades e igualdad para ellos. El derecho a la alimentación es inalienable y lucharemos siempre porque sea garantizado en Colombia.

     

    Espero que la próxima administración distrital, al igual que las de los distintos departamentos y ciudades, tengan en su plan de desarrollo la disminución de la alta prevalencia del bajo peso al nacer con acciones enfocadas en la implementación de la ruta materno perinatal (ruta 3280). Esta ruta enfatiza en promover acciones de la salud de la mujer en etapa preconcepcional, controles prenatales de calidad y crear un observatorio de bajo peso al nacer, entre otros, que permitan el monitoreo y evaluación de este indicador. Nosotros desde aquí lucharemos por esto e invitamos al próximo alcalde de Bogotá a hacerlo con convicción y prioridad.

     

    Por Gonzalo Restrepo

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