Todos, en algún momento de nuestras vidas hemos tenido el sentimiento de esperar una llamada o un mensaje. No importa si se trata de temas laborales, familiares o de amistad. Podría venir o no de alguien conocido. Más allá de los detalles particulares, lo que es claro, es que la esperamos, incluso algunas veces, con más ansiedad y necesidad que otras.
A inicios del 2023 llegó una llamada, más que interesante, a varias organizaciones, colectivos, fundaciones e instituciones de varios países. El motivo era invitar a la unión, al pensamiento colectivo, a llevar a la agenda pública uno de los temas de mayor incidencia en el presente. ¿Cuál era el contenido de esa llamada? ¿Qué podría unir a México, Perú, Brasil y Colombia, en una sola mesa? ¿En un solo propósito? La respuesta es que se trataba de un tema vital: “la situación de la niñez”.
Bajo el liderazgo de IAD – Diálogo y liderazgo para las Américas, varias organizaciones y fundaciones privadas y de sociedad civil, en Lima, Perú, se reunieron después de este llamado de urgencia, para instalar la primera mesa para la Agenda Regional por la Primera Infancia.
En una región que debe entender que, como dice el refrán, “una golondrina no hace verano”, se encontraron por primera vez 4 países independientemente de sus ideologías en muchos temas pata trabajar uno transversal. Así se comprometieron para pensar y trabajar con todas las fuerzas por los niños de nuestro continente. En bloque y unidos, así como debe ser, los representantes de las organizaciones que estuvieron en Lima tenían claro su propósito: construir una agenda pública colaborativa que pudiera ser llevada a los diferentes gobiernos nacionales como una iniciativa REGIONAL y no local, con peso suficiente para incidir y batirse por los derechos y necesidades de la niñez Latinoamericana.
En este encuentro se evidenciaron los avances locales que se vienen dando en temas de infancia, y se visibilizaron las necesidades y dificultades que más preocupan a las organizaciones públicas y privadas que tienen como propósito brindar mejores oportunidades a los niños y niñas y velar por el cumplimiento de sus derechos en los planes nacionales de desarrollo de cada país.
En Colombia, por ejemplo, se enfatizó el trabajo en territorio por las familias de los niños en pro de la erradicación de la desnutrición crónica como un terrible mal silencioso que ataca a la primera infancia. Para mencionar solo una estadística que conozco y nos sirve de ejemplo, en el primer trimestre del 2023, la Fundación Éxito tuvo resultados significativos con su programa. Logró una inversión social de más de $4.700 millones de pesos, beneficiando a 20.559 niños, quienes recibieron 26.947 paquetes de alimentos, en 21 departamentos y 107 municipios.
En nuestro país se está haciendo la tarea y se avanza donde se necesita: En el territorio con las comunidades, pero los retos continúan y son enormes. Además del trabajo de esta y otras fundaciones, también es importante el aporte a una unión más fuerte y amplia como lo es la Agenda Regional por la Primera Infancia, una iniciativa en la que la Fundación Éxito y otras privadas hacen una contribución vital. Y todo de la mano del Gobierno Nacional para el que sabemos esta es también una prioridad.
Y como el hambre no da espera, la agenda tampoco. Hace casi 15 días, ahora en Bogotá, se dio sesión a la segunda mesa de este conglomerado de países. Con un objetivo claro: la construcción de una campaña regional que pueda generar incidencia pública en los países y les permita trabajar fortalecidas como organizaciones. El mensaje es potente para los gobiernos nacionales: la unión entre privados y gobierno es de la mayor importancia. No pueden ser solo unas entidades aisladas las que busquen velar por los derechos de los niños y niñas; hoy el llamado es a trabajar en bloque, unidos, concertando y articulando todos los medios y recursos por la primera infancia.
Hay muchos retos, necesidades y preocupaciones, pero también hay optimismo y motivación. El trabajo de estas organizaciones en adición a lo público es un gran paso para la ciudadanía, que al final es la beneficiaria de todo lo que se pueda lograr con estas articulaciones regionales. Ellos también son parte activa, y como sociedad civil deberán velar por que lo logrado se materialice y tenga eco en todos los sectores y en los gobiernos locales, departamentales y nacionales, así también como en los gremios, fundaciones y en general en todo el empresariado Colombiano.
La tercera llamada ya se hizo y hoy hay una misión nueva para la mesa de la Agenda Regional por la Primera Infancia. Las fundaciones, organizaciones y entidades que se comprometieron por la niñez respondieron, y se verán de nuevo, en Bogotá iniciando el segundo semestre de 2023, para analizar los avances de su proyecto, campaña y estrategia. El reto que liderarán es noble, complejo, largo, y viene acompañado de una gran ilusión de las familias de millones de niños, en Suramérica, que hoy necesitan que los gobiernos atiendan la voz fuerte de este colectivo.
¿Tendremos como gobierno, sector privado y sociedad la respuesta que nos hace el llamado de una niñez unida?
Pronto lo sabremos.
Por Gonzalo Restrepo