Este fin de semana se dieron las elecciones territoriales para los cargos de gobernadores, alcaldes, concejales, diputados y ediles en toda Colombia. Uno de los ejercicios ciudadanos más importantes que podemos tener, no solo por lo que representa votar, sino por el hecho de que, con ello, nos jugamos el presente y futuro del país.
Uno de los retos, de muchos, de los nuevos elegidos es retomar, por no decir, priorizar, a la niñez colombiana. Esto representa un inmenso trabajo y es un punto clave y estratégico con miras al inmediato futuro de nuestros niños y niñas, en especial esos menores de 5 años, en donde tenemos más emergencias de acción.
No es un misterio que en la Constitución de Colombia se pone en el centro y como prioridad a los niños y niñas. Pero para que eso sea una realidad todos debemos hacerlo, ya que esta población por su cortísima edad no tiene aún voto o voz en las decisiones gubernamentales. Los niños y niñas (sobre todo menores a 5 años) tienen el innegable derecho a:
1) que todos nosotros, los mayores, aboguemos por ellos y ellas.
2) ser prioridad para que la construcción de país tenga un mejor futuro.
Escuchar no es suficiente. Hoy hay un llamado colectivo en Colombia a hablar y a tomar acciones, para darle a la niñez, la nutrición y el derecho a la alimentación, el lugar que se merecen. En eso es innegable que nuestra nación aún tiene, en esa materia, grandes y graves falencias.
Estamos a tiempo, pero debemos apurarnos y hacer de la nutrición la absoluta prioridad. Podrá sonar una frase continua y repetida, pero es cierto. Hoy en el país tenemos nuevos mandatarios en departamentos y ciudades, además de renovados concejos y asambleas. Ellos están en el momento preciso de poner en la agenda pública y en sus planes de desarrollo esta prioridad a nivel de primer mandamiento. El mandamiento de cuidar y darle un futuro posible nuestros niños y niñas.
No será una tarea sencilla, y mucho menos simple, pero sí una que tienen el absoluto deber de hacer en conjunto con el gobierno nacional, en cabeza del presidente de Colombia. Ellos, como equipo, deberán velar por diseñar, presupuestar, ejecutar y evaluar las políticas públicas que den respuesta a las necesidades nutricionales territoriales de la población en primera infancia, infancia y adolescencia.
Desde hoy mismo, los 32 gobernadores y los más de 1.100 alcaldes electos el pasado 29 octubre deben comenzar a trabajar cuanto antes. Hasta abril de 2024 tendrán la tarea de promover el diagnóstico de la situación de la infancia y posteriormente, formular las estrategias para garantizar sus derechos, tal como lo dicta el artículo 204 del Código de Infancia y Adolescencia. De la calidad de los planes de desarrollo territoriales 2024-2027 dependerá el bienestar de millones de niños, no solo durante esos cuatro años, sino quizás por el resto de sus vidas.
Sin embargo, como lo reveló la coalición “Niñez YA”, el panorama de los programas de gobierno presentados para la inscripción de candidaturas no es el mejor. Solo el 27,6% de los programas analizados por esta coalición tuvo una inclusión sobresaliente o excelente de los derechos promovidos por esta red, dentro de la cual se promueven asuntos como salud, nutrición, educación, ambiente sano, juego, participación, fortalecimiento familiar, entre otros. Dicho escenario genera un reto para el país en materia de asegurar la prevalencia de los derechos de los niños, dado que de entrada inician perdiendo quienes no tienen capacidad de elegir.
Las necesidades son muchas, pero hay que priorizar para comenzar cuanto antes. Por ejemplo, el aumento de casos de desnutrición crónica y aguda; el aumento del bajo peso al nacer; el acceso a salud; el acceso a agua potable y la baja cobertura en educación inicial, entre otras.
Si no hacemos un esfuerzo mayor, como se evidencia en muchos de los planteamientos de campaña, prolongaremos de la deuda con la niñez. Pero si nos unimos tomando conciencia de esta prioridad, podríamos esperar la construcción de unas bases sólidas para garantizar el goce de la infancia de todos nuestros hijos y los beneficios de largo plazo que de allí se derivan para toda la nación. La elección es de los elegidos y el momento es ahora para hacerlo una realidad.
La niñez de Colombia hace un llamado urgente a los nuevos mandatarios. ¿Aceptarán el reto? Yo creo que sí, y estaré dispuesto a acompañarlos y aportar mi parte para que sea una realidad.
Por Gonzalo Restrepo López, presidente de la Junta Fundación Éxito
