Los micronutrientes requieren macromedidas

    De acuerdo con la Estrategia Nacional para la Prevención y Control de las Deficiencias de Micronutrientes en Colombia 2014-2021, la desnutrición por deficiencia de micronutrientes continúa siendo un problema de salud pública en el país.

    Las historias de superación humana conjugan nobles esfuerzos y duras batallas dignas de aplaudir. En el tratamiento de patologías complejas como la espina bífida y otros defectos en el tubo neuronal se celebra tanto el mérito de la ciencia en el avance de las intervenciones, cuanto la lucha de las familias con niñas y niños que alcanzan hazañas increíbles como bailar o practicar deportes incluso a nivel competitivo sentados en sillas de ruedas, o tocar ejemplarmente instrumentos musicales a pesar de sus limitaciones motoras.

    Pero el gran avance en este sentido radica en las evidencias científicas que indican que las malformaciones de los órganos durante la gestación se pueden evitar con una adecuada nutrición. Sí, se puede evitar que alguien desde antes de nacer sufra lo impensable, o dicho de la forma correcta: se puede cuidar mejor la vida “antes de vivir” con la ingesta adecuada de micronutrientes (ácido fólico, hierro, yodo, zinc) porque esto disminuye la probabilidad de sufrir males crueles y limitantes, como la espina bífida, pero también, como el bajo peso al nacer, el parto prematuro y el retraso en talla o desnutrición crónica, entre otros.¿Cómo no privilegiar la prevención en el momento indicado para que la vida sea ese regalo pleno que todo ser humano merece?

    Con esta simple y poderosa convicción, Australia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Ecuador, Israel, Malasia y Paraguay presentaron en Ginebra, Suiza, durante la 76ª Asamblea Mundial de la Salud, un documento secundado por los 27 estados miembros de la Unión Europea para acelerar las actividades preventivas en cuanto a las carencias de micronutrientes y sus consecuencias, mediante un enriquecimiento seguro y eficaz de los alimentos.

    Según informaron los proponentes, la deficiencia de micronutrientes es un fenómeno sanitario complejo que tiene múltiples efectos en la salud de los pacientes. Especialmente, señalaron que la falta de folato (ácido fólico) hierro, vitamina A y zinc afecta a cerca de la mitad de los niños que se encuentran en edad preescolar y al 67 % de las mujeres que están en edad reproductiva a nivel mundial. Micronutrientes claves en los primeros 5 años de vida, que potencia el crecimiento lineal adecuado del ser humano, o, dicho de otra forma, previenen la desnutrición crónica.

     

    De acuerdo con la Estrategia Nacional para la Prevención y Control de las Deficiencias de Micronutrientes en Colombia 2014-2021, la desnutrición por deficiencia de micronutrientes continúa siendo un problema de salud pública en el país. Ya sabemos que la prevalencia de inseguridad alimentaria afecta a más de dieciocho millones de colombianos. Lo que indica que son millones de mujeres y bebés que no tienen acceso ni a alimentos en la cantidad adecuada, ni a los minerales y vitaminas esenciales que facilitan la formación normal del cerebro, la columna vertebral o la médula espinal, durante la gestación y los primeros años de vida.

    La fortificación de alimentos es una iniciativa concreta que estados como el colombiano deben impulsar para acabar con el hambre y con la desnutrición infantil. Encuentro que esta invitación a las naciones y organizaciones del mundo a sumarse efectivamente para reducir la mortalidad y la morbilidad a través de la garantía del derecho fundamental de la nutrición es lo que el historiador israelí Yuval Noah Harari llamaría un ejemplo del superpoder humano que diferencia la especie del reino animal: la capacidad única de cooperar entre muchos, en grandes grupos. Bien sabemos que los más significativos logros de la humanidad se han debido a la unión de esfuerzos y saberes para actuar con fines comunes.

    Concretar estas buenas intenciones es además la mejor inversión costo efectiva que el gobierno colombiano puede hacer. Tal vez la idea del profesor Harari, cuando sostiene que “las historias sobre el dinero” son en las que creemos todos, logre que Colombia y la humanidad cooperen más en este sentido, considerando que por cada dólar invertido, por ejemplo, en la disminución de la desnutrición crónica, con estrategias para la superación de la anemia en mujeres en edad reproductiva hay un retorno de USD 11 o de UD 12*.

    La OMS informó que en la resolución adoptada por la Asamblea Mundial de la salud se insta a los Estados Miembros a que “elaboren políticas sobre el enriquecimiento y/o la suplementación de alimentos con micronutrientes, y a que consideren opciones para reforzar los mecanismos de financiación y supervisión”.

    Urge cooperar.

     

    Por Gonzalo Restrepo

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