En él se plantean metas específicas en la reducción de los indicadores de desnutrición crónica, bajo peso al nacer y exceso de peso en los niños y niñas menores de 5 años que viven en Bogotá. También, en el aumento de la mediana de lactancia materna exclusiva.
Aumentar a 4 meses la mediana de lactancia materna exclusiva y bajar a 13% la desnutrición crónica, a 12% el bajo peso al nacer y a 8% el exceso de peso en niños y niñas menores de 5 años, son ‘4 infaltables’ que debe contener el Plan de Desarrollo Distrital – PDD- para mejorar el bienestar de la Primera Infancia en Bogotá, a 2024.
En el documento “Recomendaciones al Plan de Desarrollo Distrital 2021-2024 para mejorar el estado nutricional de la primera infancia en Bogotá”, elaborado por el programa Bogotá Cómo Vamos y la Fundación Éxito, se proponen acciones específicas para alcanzar los infaltables propuestos. El objetivo es posicionar la situación alimentaria de los más pequeños como una prioridad en la agenda pública de la ciudad.
El actual proyecto de acuerdo del PDD no hace mención específica a la disminución de la prevalencia de la desnutrición crónica ni tampoco se plantean metas relacionadas con su actual indicador ni con los de lactancia materna exclusiva, bajo peso al nacer y exceso de peso en la primera infancia.
¿Por qué establecer metas claras en la disminución de dichos indicadores? Bajar el índice de bajo peso al nacer favorece la disminución de la desnutrición crónica, la cual tiene un impacto negativo en el desarrollo cerebral de los infantes; a su vez, la prevención y disminución de la desnutrición crónica es un factor protector para prevenir la obesidad infantil a edad temprana. El exceso de peso se considera una epidemia y un problema de salud pública global.
Lograr las metas propuestas requiere fortalecer las alianzas público-privadas, que permitan territorializar las intervenciones, dada la enorme brecha existente entre localidades. Se debe, incluso, avanzar en la desagregación de información por Unidad de Planeación Zonal (UPZ) y, a partir de allí, realizar una priorización territorial más específica. En Bogotá hay 116 UPZ, de las cuales 20 o 30 concentran la mayor parte de los problemas en salud.
Desde 2019, Bogotá Cómo Vamos y Fundación Éxito trabajan en alianza para socializar, con información y datos estadísticos objetivos, las condiciones de vida de los niños y niñas menores de 5 años que residen en la capital del país. Su propósito es ayudarle a la Administración Distrital a trazar políticas públicas basadas en evidencia y promover la participación informada de la ciudadanía en decisiones dirigidas a garantizar el bienestar de la Primera Infancia en Bogotá.
Un primer aporte de esta alianza fue el documento ‘Primera infancia en Bogotá: Balance de la última década’ (2019), que recoge el análisis de la situación de este grupo poblacional y presenta una serie de recomendaciones de política pública.
En la propuesta de PDD se plantea la siguiente meta: “A 2024 incrementar al 82% la proporción de niñas y niños menores de 5 años con estado nutricional adecuado según el indicador de peso para la talla”, para la cual no se indica línea de base ni fuente del indicador propuesto.
A nivel nacional, la meta es bajar la desnutrición crónica a un 8% en los niños y niñas menores de cinco años (Plan Decenal de Salud Pública 2012-2021). La agenda de Objetivos de Desarrollo Sostenible –ODS, por su parte, establece a 2030 una reducción mayor: bajarla al 5%.
El dato disponible (a 2018) de la prevalencia de desnutrición crónica o talla baja para la edad en Bogotá es del 17,3%, según datos del Sistema de Vigilancia Alimentaria y Nutricional (SISVAN). En Colombia es de 10,8% (ENSIN, 2015). La capital del país registra una cifra superior a Medellín y Cali.
Entre 2016 y 2018 hubo un incremento en el número de casos de desnutrición crónica en niños y niñas menores de 5 años: se pasó de 22.740 casos a 29.965. Sin embargo, el comportamiento de este indicador durante la década 2008-2018 evidencia una reducción de 3,3 puntos porcentuales en su prevalencia: de 20,9% a 17,6%.
Las localidades de Bogotá con la mayor prevalencia de desnutrición crónica son Sumapaz (24,9%), Ciudad Bolívar (22,8%), Usme (22,6%), San Cristóbal (22,6%), Santa Fe (21,4%) y Tunjuelito (20,4%). Las de menor prevalencia: Barrios Unidos (14,2%), Engativá (14,6%), Suba (15,6%) y Teusaquillo (15,8%).
* Formular acciones intersectoriales en el marco de la Primera Guía de Atención a la Desnutrición Crónica (2019) a través de alianzas estratégicas.
* Focalizar la atención a gestantes para su captación e identificación oportuna de deficiencias nutricionales a partir de las Rutas Integrales de Atención (RIAS).
* Fortalecer las prácticas de nutrición adecuada a lo largo de todas las etapas del curso de vida y mejorar las condiciones de empleo y/o emprendimiento de familias en condición de vulnerabilidad.
Dentro del proyecto de acuerdo del PDD no se encuentra una meta relacionada con este indicador, a pesar de que en el documento de diagnóstico sí se menciona.
El término ‘bajo peso al nacer’ se define como todo recién nacido con un peso inferior a 2.500 gramos. En 2018, su prevalencia llegó al 13,5%, la más alta si se le compara con los 32 departamentos de Colombia.
Las localidades con mayor prevalencia son Sumapaz (20%), Chapinero (15,6%), San Cristóbal (14,9%), Barrios Unidos (14,7%), Engativá (14,6%) y Santa Fe (13,9%). A su vez, las localidades con la menor prevalencia son La Candelaria (10,3%), Antonio Nariño (12,1%), Tunjuelito (12,2%), Usaquén (12,6%), Fontibón (12,6%) y Teusaquillo (12,6%).
* Fortalecer las acciones de Inspección, Vigilancia y Control para ser más exigentes con el cumplimiento de los estándares y requisitos mínimos de habilitación de servicios de atención materno-perinatal.
* Mejorar la operación de los sistemas de información con el fin de disminuir las inconsistencias asociadas al reporte del peso al nacer.
* Establecer una estrategia conjunta con Entidades Administradoras de Planes de Beneficios (EAPB) y con instituciones prestadoras de servicios de salud para mejorar la calidad de la atención a través de las rutas de atención pre-concepcional y concepcional.
* Priorizar acciones de captación temprana y canalización hacia los servicios de salud de las adolescentes gestantes. El embarazo a edad temprana es factor de riesgo del bajo peso al nacer.
* Definir una meta relacionada con la disminución de la morbimortalidad, con enfoque en los primeros 1.000 días de vida.
* Promover la gestión de conocimiento en torno a las causas del bajo peso al nacer en Bogotá. Dada su multicausalidad es necesario un ejercicio de territorialización y problematización para identificar los determinantes asociados. Este ejercicio debe tener en cuenta la UPZ.
* Fortalecer el apoyo intersectorial para la promoción de los derechos sexuales y reproductivos, así como la prevención de la maternidad y la paternidad tempranas.
Dentro del proyecto de acuerdo del PDD tampoco se encuentra una meta relacionada con este indicador en la primera infancia. Sin embargo, se propone lo siguiente: “A 2024, el 65% de escolares de 5 a 17 años de las instituciones educativas intervenidas tienen estado nutricional adecuado según el indicador Índice de Masa Corporal para la Edad”. Aquí no se indica línea de base ni fuente para el cálculo de este indicador. Además, limita la intervención a instituciones educativas.
El exceso de peso se define como la suma de sobrepeso y obesidad y se presenta cuando el consumo energético alimentario es mayor al gasto energético que realiza el cuerpo, lo que deriva en la acumulación excesiva de grasa. Ello trae implicaciones en la salud (desarrollo a futuro de enfermedades no transmisibles como diabetes e hipertensión) y secuelas de tipo psicosocial.
Entre 2016 y 2018, según datos del SISVAN, la prevalencia de exceso de peso en los menores de 5 años en Bogotá aumentó 0,5 puntos porcentuales, al pasar de 9,6% a 10,1%.
* Promover la articulación intersectorial para la intervención integral de los factores asociados al exceso de peso. Son claves la promoción de hábitos de vida saludable y la práctica de actividad física tanto en casa como en las instituciones educativas.
* Garantizar que las Entidades Administradoras de Planes de Beneficio (EAPB) promuevan hábitos de vida saludables e identifiquen factores de riesgo asociados.
* Fortalecer el sistema de abastecimiento de alimentos, dando prioridad a frutas y verduras.
* Mejorar la disponibilidad de agua para consumo en los planteles educativos y desincentivar la disponibilidad y el consumo de bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados.
* Apoyar iniciativas como el etiquetado frontal de alimentos y definir estrategias para que este etiquetado tenga efecto en el cambio de conducta del consumidor.
* Diseñar una estrategia de comunicación orientada a promover hábitos de vida saludables y a la regulación de la publicidad que incentiva el consumo de alimentos ultraprocesados.
En el proyecto de acuerdo del PDD no se encontró ninguna meta relacionada con la promoción de la lactancia materna exclusiva, por lo cual se recomienda la oportunidad de incorporarla como una prioridad, en concordancia con la Política Distrital de Seguridad Alimentaria y Nutricional (PDSAN).
Si bien entre 2008 y 2018 hubo un aumento de 0,4 meses en esta práctica, ubicando la mediana en 3,4 meses, aún faltan 2,6 más para llegar a los 6 meses de lactancia materna exclusiva.
Según la Organización Mundial de la Salud, la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida es un factor protector de la situación nutricional de los lactantes y los niños y niñas menores de 5 años.
En 2018, las localidades que registraron menor duración de lactancia materna exclusiva fueron Usaquén, con 3,1 meses, y Fontibón, Engativá, Suba, Teusaquillo y Los Mártires, con 3,2 meses cada una. A su vez, las localidades con mayor duración de lactancia materna exclusiva fueron Rafael Uribe Uribe, con 3,7 meses, y Usme, San Cristóbal y Santa Fe, con 3,5 meses.
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