Colombia: ¡Únete a los mejores!

    SUN muestra cómo una acertada voluntad política estatal, la conciencia ciudadana, el saber académico y el sentido común, pueden evidenciarse en realizaciones concretas. Allí confluyen 64 países, decenas de donantes y agencias de cooperación internacional, cientos de empresas y miles de redes de la sociedad civil de todo el mundo.

    De todos los movimientos que se han creado en los últimos años, tal vez el que ofrece más y mayor retorno es el que trabaja por la aceleración del cumplimiento de las metas globales para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible # 2, Hambre Cero. Conocido como “Scaling Up Nutrition” o Movimiento SUN.

    Un buen ejemplo de cómo personas e instituciones organizadas pueden pasar de la intención a la acción. SUN muestra cómo una acertada voluntad política estatal, la conciencia ciudadana, el saber académico y el sentido común, pueden evidenciarse en realizaciones concretas.

    Allí confluyen 64 países, decenas de donantes y agencias de cooperación internacional, cientos de empresas y miles de redes de la sociedad civil de todo el mundo.

    Colombia está, pero…no está. Tiene representación de una red de sociedad civil pero como Estado no hace parte. Y podría.

     

    Para hacer parte de este Movimiento no se requieren cuotas, tampoco tiempo o esfuerzos excepcionales de los países. Solo se necesita voluntad política. Se requiere el compromiso para avanzar; el liderazgo para designar una entidad responsable que, en coordinación con otras, impulse la salud y la nutrición.

    La articulación que promueve SUN se ha traducido en varios países en un mejor funcionamiento del sistema de salud y en avances reales en la seguridad alimentaria logrando superar obstáculos administrativos y trabajando con eficiencia enfocados en resultados tangibles para la población.

    En el reciente encuentro regional de SUN de Latinoamérica y el Caribe realizado en la Ciudad de Panamá conocimos que Perú y Ecuador han catapultado su gran intención política de erradicar la desnutrición crónica en impresionantes logros con el apoyo de este Movimiento.

    Nos sería muy difícil encontrar un mejor ejemplo de lo que le esperaría a la primera infancia colombiana si el Estado se enfoca cuanto antes en afrontar decididamente este inmenso problema de salud pública y desarrollo económico que afecta a más del 10% de niños y niñas menores de 5 años en el país con inmensas consecuencias en su salud, en su desarrollo cognitivo, en su escolaridad y en sus posibilidades de progresar en el campo laboral.

    Ese objetivo hoy es un grito de auxilio en Colombia y en todos los países de la región pues tras años de tímidos avances, la pandemia dejó retos aún mayores.

    La nutrición tiene que hacer parte de la agenda política. Por no haber sido prioridad durante décadas la vida de los más pequeños y más vulnerables sigue a la deriva, no solo porque los casos de muerte por desnutrición aguda son alarmantes, sino porque la desnutrición crónica genera un precario desarrollo muy difícil de remediar después en los menores de 5 años.

    Ante esa penosa realidad en Colombia, y considerando la gran oportunidad que ofrece este Movimiento a la nación, la Red de Sociedad Civil del Movimiento SUN de Colombia entregó oficialmente al Gobierno de Colombia la Declaración de Panamá, suscrita por 23 organizaciones comprometidas con la nutrición en la que invita al Estado colombiano a hacer parte del Movimiento y a priorizar cinco temas claves en el Plan Nacional de Desarrollo.

    Esta es una invitación inaplazable para que Colombia reciba la ayuda de este colectivo. Comparto la declaración con la esperanza de que el Gobierno nacional Atenderá este llamado.

    https://blog.fundacionexito.org/noticias/declaraci%C3%B3n-red-de-la-sociedad-civil-sun-colombia

    Como lo dijo Gerda Verburg, Coordinadora del Movimiento SUN, “la sociedad civil no es un oponente a los gobiernos, sino un aliado de talla en alcanzar los objetivos de nutrición gracias a la evidencia que genera y la proximidad que tiene con la población afectada. La sociedad civil y los jóvenes son los voceros de las personas cuyas voces están calladas. Hay que escucharlos, valorizarlos e involucrarlos en cada etapa”.

     

    Por Gonzalo Restrepo

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