10 años de cambios significativos para la primera infancia

    Bogotá Cómo Vamos y Fundación Éxito presentan un panorama de la situación de los niños y niñas menores de 5 años en Bogotá, con un especial énfasis en su estado nutricional.

    * Preocupan la desnutrición crónica (talla baja para la edad) y el bajo peso al nacer, cuya prevalencia aumentó en los últimos años. También, la desigualdad en el bienestar de la primera infancia entre las distintas localidades.

     

    * Se destaca la reducción de la mortalidad infantil pero se recomienda fortalecer la vacunación contra DPT, cuya cobertura viene en descenso.

     

    * Adicionalmente, cifras de un estudio reciente realizado por Bogotá Cómo Vamos y Fundación Éxito muestran que el 37% de los bogotanos considera que la capital es una ciudad amigable con los niños y niñas menores de 5 años, mientras que un 30% considera que la capital NO es amigable con los infantes.

     

    Bogotá, 31 de octubre de 2019

    Si bien existe un compromiso del gobierno local por mejorar la calidad de vida de los infantes en sus primeros años de vida, reflejado en el fortalecimiento de programas y diseño de acciones específicas, aún persisten varios retos para garantizarles, plenamente, el disfrute de sus derechos, particularmente en temas alimentarios.

     

    Aunque vienen en descenso la mortalidad infantil (menores de 1 año) y la mortalidad en la niñez, persisten brechas significativas entre localidades; preocupa, particularmente, el aumento de la desnutrición crónica (talla baja para la edad) y del bajo peso al nacer, indicadores cuya prevalencia viene creciendo en los últimos años.

     

    Se evidencia, además, una desigualdad en el bienestar de la primera infancia entre las distintas localidades de la ciudad, inequidad que se concentra en San Cristóbal, Ciudad Bolívar, Usme y Bosa debido a la pobreza, la reaparición de situaciones de vulnerabilidad y brechas en las condiciones de calidad de vida en estas zonas de la capital.

     

    Los hogares con niños y niñas menores de cinco años superan el promedio de pobreza multidimensional y monetaria de la capital, con grandes variaciones entre localidades. Chapinero, en particular, tiene bajo desempeño en varios indicadores de bienestar de la primera infancia, entre ellos, mortalidad infantil, bajo peso al nacer y desnutrición crónica.

     

    En el caso particular de la desnutrición crónica y aguda, Sumapaz es un territorio que merece especial atención.

    Estos son algunos de los datos que arroja el informe ‘Primera Infancia en Bogotá: Balance de la última década’, documento que presenta un análisis de la situación de los niños y niñas menores de 5 años durante los últimos 10 años, y que es fruto de una alianza entre Bogotá Como Vamos y Fundación Éxito, organizaciones que coinciden en su interés de incidir con información en las políticas públicas orientadas al bienestar de este grupo poblacional.

     

    Otra de las conclusiones del documento es el preocupante incremento de la violencia contra los niños y niñas menores de 5 años, particularmente los casos de maltrato y abuso sexual.

     

    ¿Qué opinan los bogotanos sobre la nutrición de los niños menores de 5 años?

     

    Adicionalmente, un reciente estudio realizado por Bogotá Cómo Vamos y la Fundación Éxito muestra que el 37% de los capitalinos considera que Bogotá es una ciudad amigable con los niños y niñas menores de 5 años, mientras que un 30% considera que la capital NO es amigable con los infantes, lo cual representa un enorme desafío en términos de estrategias puntuales que promuevan y aseguren la efectiva protección y adecuado desarrollo de la primera infancia en la capital, que hoy constituye el 5,7% de la población.

     

    Cuando se les pregunta a los bogotanos por qué un niño o una niña tiene una estatura menor a la esperada para su edad, el 67% considera que ese retraso es sano y que se debe a otras razones; el 28% afirma que se debe a problemas de nutrición y el 5% desconoce las razones que explican una menor talla para la edad.

    Este mismo estudio señala que para el 17% de los bogotanos un ‘niño gordito’ es saludable y el 15% considera que es responsabilidad de los infantes decidir si comen o no. Por el contrario, 3 de cada 10 están de acuerdo con que hay que obligar a los niños y niñas a comer todo lo que hay en el plato y cuatro de cada 10 están en desacuerdo con esta afirmación. Lo anterior deja ver que la voluntad política no es suficiente si no va acompañada por iniciativas de formación para modificar imaginarios relacionados con la salud y la alimentación de niños y niñas.

    También se les preguntó a los bogotanos por la lactancia materna: El estudio arrojó que el 1% de los bogotanos considera que las mujeres que amamantan a sus bebés en lugares públicos se comportan de manera inapropiada y no deberían hacerlo y el 5% cree que, además de ser inapropiado, ellas deberían cubrirse. Por el contrario, el 52% de los ciudadanos opina que es un comportamiento natural pero que deben cubrirse, mientras que el 42% no solo considera que es algo natural sino que NADIE debe obligar a las mujeres a cubrirse mientras amamantan a sus bebés.

    Frente a lo anterior, se requiere fortalecer las estrategias integrales de promoción y educación en espacios sociales y comunitarios para afrontar las situaciones que motivan a las madres a abandonar la práctica de lactancia exclusiva.

     

    10 DATOS CLAVES SOBRE LA PRIMERA INFANCIA EN BOGOTÁ

     

    1. Los hogares pobres con niños y niñas menores de cinco años superan el promedio de pobreza multidimensional y monetaria de la ciudad. Más de la cuarta parte de los hogares de la ciudad con niños en primera infancia se encuentra en condición de pobreza monetaria (28,2%). Las 5 localidades con mayor pobreza monetaria para los hogares con niños en primera infancia son: Ciudad Bolívar (45,5%), Usme (47,5%), Santa Fe (43,7%), San Cristóbal (35,5%) y Rafael Uribe Uribe (33,2%).

     

    2. La desigualdad en el bienestar de la primera infancia se concentra en el sur de Bogotá, situación que se agrava en contextos rurales. Ciudad Bolívar, Usme, Santa Fe y San Cristóbal concentran la mayor proporción de Índice de Pobreza Multidimensional –IPM- en hogares con niños de 0 a 5 años. El 20% de los hogares rurales con niños en la primera infancia están en pobreza multidimensional; este porcentaje llega al 44,4% en la localidad de San Cristóbal.

     

    3. En 10 años Bogotá mejoró el estado de salud de la primera infancia con resultados positivos en mortalidad infantil, materna y embarazo adolescente. La tasa de mortalidad infantil ha decrecido un 25%. Entre 2010 y 2018 se redujo en un 41% el número de casos de fallecimientos de niños menores de 5 años, al pasar de 1.512 a 890. En este mismo periodo y rango de edad se ha reducido a cero la mortalidad por desnutrición aguda. Las cuatro localidades con datos superiores al promedio (Usme, Santa Fe, San Cristóbal y Ciudad Bolívar) demandan mayores esfuerzos para mejorar los servicios de salud y las condiciones socioeconómicas en que crecen los niños. La razón de mortalidad materna también tuvo un descenso del 40% en la última década; así mismo, se redujo el embarazo adolescente: cabe destacar el descenso, en un 53%, de los nacidos vivos en niñas de 10 a 14 años (se pasó de 584 nacidos vivos a 274) y en un 49% para el caso de mujeres entre los 15 y los 19 años (se pasó de 20.837 nacidos vivos a 10.675 nacidos vivos).

     

    4. Si bien el descenso de la mortalidad infantil y en la niñez evidencia una mejoría de las condiciones de salud de la primera infancia, aún persisten brechas significativas entre localidades. Usme, Santa Fe, San Cristóbal y Ciudad Bolívar presentan las mayores tasas de mortalidad en la primera infancia. Chapinero es una localidad con bajo desempeño en varios indicadores del estado de salud de los niños entre 0 y 5 años, tales como mortalidad infantil, bajo peso al nacer y desnutrición crónica.

     

    5. En la última década se ha avanzado en el diseño de múltiples estrategias para mejorar la situación nutricional en la primera infancia. En los últimos dos años se observa un incremento en el número de casos de desnutrición crónica (talla baja para la edad) en niños y niñas menores de 5 años en Bogotá: mientras en 2016 se registraron 22.740 casos, en 2018 hubo 29.965. Sin embargo, el comportamiento de este indicador durante la última década (2008-2018) evidencia una reducción de 3,3 puntos porcentuales en la prevalencia de la desnutrición crónica en la capital: pasó de 20,9% a 17,6%.

     

    En el caso de la desnutrición aguda (bajo peso para la talla), aunque ésta no se ha logrado erradicar, su prevalencia en la primera infancia ha disminuido en 1,5 puntos porcentuales durante la última década: pasó de 2,6% a 1,1%. Respecto al indicador de desnutrición global (peso en relación con la edad cronológica), éste registra una disminución de 1,6 puntos porcentuales en la última década, es decir, su prevalencia pasó de 6,4% a 4,8% entre 2008 y 2018.  No se puede pasar por alto el bajo peso al nacer (bebés prematuros que nacen antes de la semana 38 de gestación o que, a pesar de nacer a término, tienen un peso inferior a los 2.500 gramos). La tendencia del bajo peso al nacer muestra una situación preocupante, pues a pesar de presentar una disminución desde el año 2012, en el último lustro se evidencia un incremento constante. En Bogotá, entre 2015 y 2018, la prevalencia de bajo peso al nacer pasó de 12,1% a 13,5%. En un periodo de 10 años (2008 a 2018) ésta aumentó en 1,1 puntos porcentuales.

     

    En cuanto al exceso de peso en niños y niñas menores de 5 años en Bogotá, a pesar de la disminución de su prevalencia en 1,2 puntos porcentuales entre 2008 y 2018, en los dos últimos años este tipo de malnutrición pasó de 9,6% a 10,1%, es decir, uno de cada diez menores de 5 años presenta hoy exceso de peso.

     

    6. Si bien la ciudad ha avanzado en esfuerzos intersectoriales contra la desnutrición crónica, hay que prestarle mayor atención dado que Bogotá observa la mayor prevalencia del país. En Colombia, el retraso en la talla en niños menores de 5 años es del 10,8%. Bogotá es la región del país con mayor retraso de talla para la edad (13%) en la primera infancia.

     

    7. Las intervenciones deben ser más focalizadas en el territorio, garantizando un seguimiento y acompañamiento a familias y cuidadores. Al observar los datos de desnutrición crónica por localidades se encuentra que, en el transcurso de diez años, el 95% de éstas lograron una disminución en la prevalencia de retraso en talla; en particular, Santa Fe, Rafael Uribe Uribe, La Candelaria, Los Mártires, Antonio Nariño y Usaquén registraron la mayor disminución. Preocupa, sin embargo, la situación en la localidad de Sumapaz, donde la prevalencia de la desnutrición crónica (24,9%) supera en 7,3 puntos porcentuales la de Bogotá, seguida por Ciudad Bolívar, San Cristóbal y Usme, que mostraron prevalencias superiores en 5,2 y 5 puntos porcentuales, respectivamente, a las de la capital.

     

    En desnutrición aguda, nuevamente, la localidad de Sumapaz, con un 2,1% de prevalencia, supera el indicador en Bogotá (1,1%); por su parte, localidades como San Cristóbal y Tunjuelito presentan prevalencias de 2 y 3 décimas por encima del promedio de la capital, respectivamente (1,3% y 1,4%). Barrios Unidos, Engativá y Suba registran las prevalencias más bajas: 0,6%, 0,7% y 0,8%, respectivamente. 

     

    8. La población menor de cinco años ha disminuido por efecto de la transición demográfica, particularmente por el descenso de la natalidad en la ciudad. En Bogotá, la tasa de natalidad ha venido en descenso, pasando de 16,4 nacimientos por cada 1.000 habitantes en 2008 a 11,4 en 2018. Entre 2008 y 2018 se ha reducido en un 25% el número de niños y niñas nacidos vivos en Bogotá, al pasar de 117.563 a 87.349.

     

    9. La distribución territorial de la primera infancia no es homogénea  y evidencia desigualdades en la ciudad. En 2018, el 58% de los nacimientos ocurrió en 5 de las 20 localidades: Kennedy, Suba, Ciudad Bolívar, Bosa y Engativá, las más pobladas de la ciudad.

     

    10. Preocupa violencia contra los niños: Se debe prestar atención al alto número de casos de maltrato y violencia sexual, hechos que suelen suceden al interior del hogar. En 2018 se registraron 715 casos de maltrato infantil (dos casos diarios de maltrato contra la primera infancia) y 723 dictámenes por presunto abuso sexual (cifras del Instituto Nacional de Medicina Legal). De 2015 a 2018, el número de homicidios de niñas y niños de la primera infancia ha fluctuado entre los 4 y los 7 casos por año; en accidentes de tránsito, las cifras han variado entre los 3 y los 6 casos anuales y en muertes accidentales, se reporta un promedio de 13 casos por año en este mismo periodo. La violencia contra niñas y niños menores de cinco años en la ciudad es una realidad preocupante pues revela la inseguridad y los riesgos existentes en los entornos responsables de su cuidado y protección.

     

    Recomendaciones

     

    1. Hacer intervenciones desde la perspectiva de la atención integral donde se incluyan acciones para fortalecer las capacidades de la familia y el entorno social del niño.
    2. Ajustar los servicios de atención a la primera infancia a las nuevas dinámicas demográficas, atendiendo sectores donde se concentra la mayor demanda.
    3. Fortalecer los programas dirigidos a garantizar el máximo nivel de bienestar durante los primeros 1.000 días de vida de cada niña o niño, esto es, desde que está en gestación hasta su segundo año de vida. Ello supone que todos los actores trabajen para asegurar a la mujer las mejores condiciones durante el embarazo y el parto y al niño, el conjunto de atenciones definidas como necesarias para su sano crecimiento y desarrollo, incluidas las de prevención y promoción.
    4. Continuar el trabajo de coordinación intersectorial para asegurar la atención integral de la primera infancia en Bogotá, condición indispensable en una política pública de enfoque poblacional.
    5. Mantener los programas que han demostrado ser efectivos para la reducción de la maternidad en niñas y adolescentes, incrementándolos en las localidades donde se registra el mayor número de casos.
    6. La lucha contra la violencia hacia las niñas y niños en primera infancia debe convertirse en una meta prioritaria para todas las instituciones y la sociedad bogotanas, por sus múltiples consecuencias individuales y colectivas.
    7. Implementar y monitorear la Guía de Atención y Prevención de la Desnutrición Crónica con enfoque de Salud Pública, como medida prioritaria de intervención al problema de desnutrición crónica de la ciudad.
    8. Para disminuir la prevalencia de la desnutrición crónica no son suficientes los programas de complementación alimentaria; se requiere, además, garantizar condiciones de vida digna a los niños y sus familias y realizar acciones de acompañamiento para fortalecer ciertas prácticas relacionadas con los estilos de vida saludables.
    9. Se requieren acciones para evitar incremento en la prevalencia de exceso de peso y disminuir el porcentaje de sobrepeso y obesidad en la primera infancia para evitar riesgos en la salud en la etapa escolar.
    10. Establecer estrategias integrales de promoción y educación en espacios sociales y comunitarios para afrontar las situaciones que motivan a las madres a abandonar la práctica de lactancia exclusiva o a suspender totalmente la alimentación con leche materna.
    11. Se requiere hacer un mayor énfasis en garantizar redes de cuidado en los espacios públicos y privados que habitan las niñas y los niños de la primera infancia.

     

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