El desarrollo físico y cognitivo de los niños y las niñas en sus primeros 5 años de vida puede verse alterado por una condición multicausal llamada desnutrición crónica o retraso en talla. En la literatura que hay sobre la desnutrición crónica, se identifican varias causas o determinantes sociales por los que se puede presentar esta condición. Algunos de ellos son:
1. Hambre prolongada
2. Falta de acceso a agua potable y a saneamiento básico
3. Falta de acceso a servicios de salud
4. Bajo nivel educativo de la madre
5. Bajos ingresos
6. Insuficiente ganancia de peso de la madre en la etapa gestacional
7. Bajo peso al nacer
Aprende más sobre la desnutrición crónica y su impacto
Conoce más sobre la desnutrición crónica aquí: https://www.fundacionexito.org/desnutricion-cronica?utm_referrer=https%3A%2F%2Fblog.fundacionexito.org%2F%2Fconoce-15-mitos-y-realidades-de-la-lactancia-materna
¿Cuáles pueden ser las consecuencias de la desnutrición crónica?
La desnutrición crónica afecta el desarrollo físico y cognitivo, por ello sus consecuencias pueden evidenciarse tanto en el presente como en el futuro de los niños y las niñas. A continuación te presentamos algunas de ellas:
- Anemia por deficiencia de hierro: la ausencia de alimentos de calidad y en la cantidad esperada no aportan nutrientes claves como el hierro, el cual es un mineral que puede evitar esta enfermedad.
- Retraso en el crecimiento: al no ingerirse por parte del niño o niña los nutrientes y las calorías en las cantidades requeridas, el crecimiento se va haciendo más lento, resultando al final en una estatura no adecuada para la edad.
- Deficiencia cognitiva: las carencias alimentarias por tiempos prolongados en la primera infancia afectan las conexiones neuronales que principalmente se dan en los tres primeros años de vida, incidiendo de manera directa en el desarrollo del cerebro.
- Menor desempeño escolar: esto es debido principalmente a la anemia, que afecta la atención, y el inadecuado desarrollo de las conexiones neuronales ya mencionado, haciendo que el rendimiento educativo no sea el óptimo.
- Menores ingresos en la adultez: de manera general, si no se tuvo una adecuada educación desde la infancia el nivel de cualificación de la persona puede no ser el mejor, conllevándola a ejercer actividades laborales con niveles bajos de remuneración.
- Mayor ocurrencia de enfermedades prevalentes de la infancia: los alimentos en las cantidades adecuadas y con la variedad esperada aportan los nutrientes claves para la fortalecimiento del sistema inmune o las defensas, que se necesitan para combatir las enfermedades infecciosas prevalentes de la infancia, como lo son las gastrointestinales y las respiratorias.
- Riesgo de mortalidad infantil: las mujeres de baja estatura derivada de una deficiente nutrición en su infancia pueden experimentar complicaciones durante el parto y tienen una mayor probabilidad de dar a luz niños o niñas con bajo peso, lo que a su vez es un factor de riesgo de la mortalidad infantil, adicionalmente, las enfermedades prevalentes de la infancia, dependiendo de su gravedad, pueden elevar el riesgo de morir en la infancia
- Mayor probabilidad de enfermedades crónicas no transmisibles: los niños y niñas con retraso en el crecimiento desde la gestación y los primeros dos años de vida, y que posteriormente aumentan rápidamente de peso, tienen mayor probabilidad de tener enfermedades crónicas no transmisibles, como: presión arterial alta, diabetes y enfermedades cardiovasculares en la adultez.
¿La desnutrición crónica se puede prevenir?
La desnutrición crónica se puede prevenir. Durante los primeros mil días, es decir 270 días de la gestación y los 730 días que comprenden los primeros dos años de vida es primordial que tanto la mamá gestante como el niño o niña cuenten con una alimentación completa y balanceada que permita su desarrollo óptimo.
Durante el embarazo es importante que la mamá cuente con todos los grupos de alimentos para garantizar su salud y el crecimiento y desarrollo del bebé. Con una dieta saludable y reforzada con los suplementos de hierro, calcio y ácido fólico, se aporta para que la mamá gane el peso suficiente con el objetivo de que su hijo o hija nazca con un peso adecuado para las semanas de gestación.
En el periodo de la lactancia materna el bebé recibe los nutrientes en la variedad y cantidad esperada, de acuerdo a los que consume la mamá en su dieta habitual. El gasto enérgico de la mamá para esta etapa es aún mayor que en el embarazo, por lo que la mujer debe contar con toda la energía y nutrientes provenientes de los alimentos. La Organización Mundial de la Salud, OMS, recomienda que la lactancia materna se de hasta los primeros 6 meses de vida del bebé de manera exclusiva, es decir, solo leche materna, y de forma complementaria con otros alimentos hasta los 2 años de edad o más.
Conoce las recomendaciones de alimentación para una madre que está amamantando:
A partir de los 6 meses del bebé comienza la etapa de alimentación complementaria, donde la exploración de sabores y texturas hacen parte de la dinámica de la introducción de los diferentes grupos de alimentos en la vida del bebé. Aquí el niño o niña comienza a adquirir los nutrientes, vitaminas y minerales de otras fuentes diferentes a la leche materna, por eso se debe insistir con las verduras, frutas, cereales, leguminosas y alimentos de origen animal, como la carne y el huevo, entre otros.
La Fundación Éxito cuenta con una herramienta para la apoyar el inicio de la alimentación complementaria, se llama Probario y es una guía de alimentación que viene con rimas y canciones que amenizan el momento de la comida. Encuéntralo aquí https://nutricioninfantil.fundacionexito.org/probario-de-fundacion-exito-obten-esta-guia-nutricional-para-tu-bebe
En la Fundación Éxito trabajamos para mejorar la condición de los niños y niñas en Colombia conoce cómo lo hemos hecho en estos 40 años.
