Por lo alto

    Colombia debe alzar su mirada para aprender y replicar prácticas efectivas en el mediano y largo plazo que le den altura a una apuesta sólida por el crecimiento sano de la primera infancia.

    En busca de soluciones para problemas evitables de la primera infancia, como la desnutrición crónica o retraso en la talla, son necesarios los ejercicios de comparar a Colombia con otros países. Y como se trata de mejorar, la consigna es examinar a los que sobresalen en esta materia para identificar diferencias y enfocar acciones en el camino correcto.

    Son referentes Noruega, Holanda, Suecia, Japón y Canadá.

     

    En Noruega y Suecia, por ejemplo, ningún niño menor de 5 años presenta retraso en su crecimiento (Unicef - Estado Mundial de la Infancia 2019). En Colombia, uno de cada nueve niños sufre desnutrición crónica, el 10,8 % (Ensin, 2015).

    Tanto Noruega como Suecia han adelantado una decidida promoción de la lactancia materna. Se suma Canadá, que cuenta con una política nacional de lactancia en el que el amamantamiento es un tema de salud pública.

    Las menores tasas de mortalidad infantil versus la estatura promedio masculina son para Noruega (0,54 %) y Suecia (0,45 %). Colombia está en 2,87 %.

    La mortalidad infantil hace referencia a las muertes de menores de un año y refleja las condiciones económicas, sociales y ambientales en la salud de las madres y los bebés, así como la efectividad de los sistemas de salud.

    La estatura promedio masculina es referente considerando que el análisis de la talla promedio de una población permite medir el avance de sus condiciones de bienestar. Por ello, la estatura es un indicador indirecto de la calidad de vida, bajo la premisa de que una mala nutrición y las enfermedades en la niñez limitan el crecimiento humano.

    En este sentido, el caso de Japón es valioso, por cuanto logró aumentar la media media de su población adulta en 15 centímetros en el siglo pasado. Sin embargo, en la década de los 80 presentó un retroceso. La prevalencia de desnutrición crónica está en 7,1 % (World Bank, 2010).

    De otro lado, Holanda, que registra una prevalencia de desnutrición crónica de 1,8 %, es el país con mejor desempeño en el indicador de ingesta de proteína animal versus la estatura media masculina, con una ingesta de 298 gramos. Colombia registra 118 gramos y el promedio mundial está en 127gramos. Se ha demostrado que el predictor más fuerte de la estatura masculina en países de ingresos altos es la proporción de proteínas animales de alta calidad como lácteos, huevos, carnes rojas y pescado (Grasgruber, 2014).

    Otro indicador importante en este acercamiento a las condiciones relacionadas con la nutrición y la estatura de la población es el Índice de Desarrollo humano, que de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo se centra en tres capacidades: tener una vida larga y saludable, que se mide por la esperanza de vida al nacer; adquirir conocimientos, que se mide por los años promedio de escolaridad y los años esperados de escolaridad, y lograr un nivel de vida digno, que se mide por el ingreso nacional bruto per cápita.

    Noruega lidera la lista en el indicador de Índice de Desarrollo Humano versus estatura masculina media, en el que los valores cercanos a 1 son ideales. Su registro es de 0,89. No en vano es el mejor país del mundo para criar niños y niñas, de acuerdo con un informe de la revista The Lancet, junto con técnicos de la OMS y de Unicef. Esta valoración incluye otros indicadores como la supervivencia en niños menores de 5 años, el acceso materno-infantil a los servicios de salud, la higiene, el saneamiento básico, el crecimiento económico y la nutrición.

    Colombia debe alzar su mirada para aprender y replicar prácticas efectivas en el mediano y largo plazo que le den altura a una apuesta sólida por el crecimiento sano de la primera infancia.

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